A ti.

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Recuerdo cuando pensaba que siendo consecuente me distinguía del resto, que mis ideales eran lo único que no cambiaría en mi, que eso me volvía fuerte e invencible. Pero todos somos un poco de lo otro. Todos asemejamos el dolor con las mismas cicatrices, las lágrimas con la misma mirada vacía, la partida con la misma desazón.
Son 2 meses desde que emprendiste un viaje al que no fui invitada. Los 2 meses más amargos que he vivido.
La casa esta media vacía, ya no es centro de reunión, ya tus nietas crecieron y no hacen de un alboroto todo, ya tu nieto comprendió que tiene que empezar a hacer su propia vida y olvidarse de pendejadas. Ya nos dimos cuenta de lo rápido que se van los que amas y de lo crudo que es aceptarlo. Nadie reemplazará tu lugar, aunque nuestros rostros finjan lo contrario. Es un pacto, no te defraudaremos.

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